Lo tomo entre sus manos, tantas veces habia viajado con el... la mirada se le perdia entre aquellas hojas amarillentas llenas de sentimientos, de deseos, de sueños, de esperanzas, renglones que goteaban aun sus lagrimas, y sobre todo... exhalaban el perfume de aquel hombre al que habia amado con toda su existencia... y tener ese libro en sus manos era lo mismo que tenerlo a él entre sus brazos... él adoraba leer sus letras, ésas que ella le dejaba a diario sobre la mesita de noche, y mas le gustaba los poemas que con sus yemas le escribia en su espalda antes de hacerle el amor, le gustaba las caratulas, las pinturas intercaladas de los paisajes, ahora el respira su esencia cuando ella duerme, oye el eco de sus risas, bebe sus lagrimas antes que choquen contra el suelo y asi se alimenta de ella y la espera...
ella... lo encuentra en sus sueños... en los jardines... en los parques que solian recorrer, en los amaneceres, en cada rincon de su casa, y sobre todo... en la playa, porque cada susurro de las olas le recuerda su dulce voz...
No hay comentarios:
Publicar un comentario